Beto Cuevas y su padre Confesiones de familia.
El reconocido vocalista de "La Ley" interrumpió su Luna de Miel y vacaciones para abrir el baúl de los recuerdos y presentarnos a su progenitor, don Julio Cuevas. Un maestro de reiki que trabajó con el cantante en sus inicios, y que hoy se encuentra viviendo su papel netamente paternal. Juntos, y bajo el sol de Zapallar, conversaron con TV-Grama.
La calidez del restaurante "El Chiringuito" de Zapallar nos recibió en su terraza donde nos reunimos con Beto y don Julio. Sólo con una copa de vino blanco y mirando el mar, padre e hijo hablaron de su relación, de cómo se ven y de alguna que otra anécdota. Una pareja que tiene mucho en común. Ambos son poseedores de una gran elocuencia y de una risa a flor de piel. Estas son sus confesiones.
Desde la perspectiva de un padre, don Julio, ¿cómo ve a su hijo?-Fíjate que yo tengo una tranquilidad enorme, porque lo veo como un hijo que ha tenido el talento suficiente para labrarse lo que ha conseguido, aunque no hay que olvidarse que esto tiene un comodín importante, que son los muchachos de 'La Ley'. Pero yo diría que él además se preocupó de irse retroalimentando, de ir aprendiendo, de ir mejorando su calidad.
Yo creo que una de las grandes cualidades que él tiene, y que le celebro, es que se prepara para una vida posterior en este planeta. Está siempre tratando de expresar su talento no exclusivamente en la música, sino también en sus creaciones gráficas, en cine, en la literatura... Además, él es diáfano, transparente, es como lo estás viendo. Y yo creo que eso viene de familia. Nosotros tratamos de ser lo más transparentes posibles y cuando tú muestras eso y además tienes talento para hacerlo, la gente lo capta.
¿Recuerda el momento en qué Beto demostró sus capacidades musicales?-Mira, en Montreal yo siempre vi su talento gráfico, pero jamás sospeché de su talento histriónico desde el punto de vista de la canción. Es más, ¡Beto cantaba en la ducha! Yo hacía algunas cosas para televisión y él siempre estaba dispuesto a hacer cosas conmigo. Pero yo nunca sospeché... Yo sabía que tenía un talento, pero no para la música, no lo veía así.
-Beto: Mira, mi papá nunca fue un tipo muy ligado a los deportes, ni de llevarnos a jugar a la pelota. O sea, en los setenta estaba en otra onda. Entonces no desarrollé ese lado más de 'choro' y en cierta manera siento que eso me hizo volverme mucho más introvertido, de vivir un mundo más de dibujo, de imaginación que desarrolló y motivó posteriormente un lado artístico en mi y que terminó explotando cuando llegué a Chile como artista.
-Beto: Mira, mi papá nunca fue un tipo muy ligado a los deportes, ni de llevarnos a jugar a la pelota. O sea, en los setenta estaba en otra onda. Entonces no desarrollé ese lado más de 'choro' y en cierta manera siento que eso me hizo volverme mucho más introvertido, de vivir un mundo más de dibujo, de imaginación que desarrolló y motivó posteriormente un lado artístico en mi y que terminó explotando cuando llegué a Chile como artista.