La primera canción que compuso Beto Cuevas fue ‘Espina feroz’.
¿A quién le gusta hablarle al oído?
A mi hijo cuando duerme, y le digo: “Tienes que ser responsable en el colegio, sacarte buenas notas y lavarme el auto cuando te lo pida”.
¿A qué le tiene ‘miedo escénico’?
A veces a la naturaleza de algunas relaciones humanas y de eso básicamente se trata mi disco. A esa incapacidad que a veces tenemos de sentarnos cara a cara con alguien y hablar las cosas de frente.
¿Un minuto de silencio para qué?
Para reflexionar y poder mirar hacia qué lado querés seguir caminando.
La ley más difícil de cumplir.
La señal de tránsito PARE.
¿Le ha hecho trampa a la ley?
No realmente, he sido bastante respetuoso.
Lo más difícil de ser solista.
Cuando tienes que hacer ensayos con la banda, tienes que pagarles, no van a ensayar gratis.
¿Y lo bueno?
Eres capitán de tu barco y si tienes una naturaleza de liderazgo, es un proyecto tuyo, lo lideras tú.
Lo que más extraña de La Ley.
El aspecto humano y, sobre todo, a Mauricio, el baterista, quien siempre aportaba un toque de humor en las entrevistas, era divertido.
¿Cuál fue la primera canción que compuso?
Fue de un disco independiente que grabamos en el año 89 llamado Desiertos y mi primera canción se llamó Espina feroz. Ya sé, una espina no puede ser feroz, pero era mi primera canción.
¿Cómo llegó al mundo de la música?
El mundo de la música me eligió a mí, porque nunca pensé ser cantante y mucho menos músico.
¿Cuál es su fantasía?
Viajar a países donde no he ido a tocar sin problema de que no me conozca la gente. Poder, a través de mis acciones filantrópicas, crear cambios concretos en el mundo de hoy.
¿Y su realidad?
Soy parte de un 5% del mundo que se gana la vida haciendo lo que le gusta.
¿Qué lo inspira?
Vivir emociones en vez de escaparme de ellas, las enfrento aunque sean emociones fuertes.
¿En qué país le gustaría presentarse?
En Japón, porque me han dicho que tengo cara de dibujo animado japonés, entonces creo que por lo menos por cara entraría (risas). Pero me gustaría ir a países asiáticos, porque pienso que hay cosas muy interesantes en la cultura oriental.
¿De qué se arrepiente?
De nada, porque incluso de los errores que he cometido he podido construir una base sólida como persona.
¿A quién le pediría perdón?
Quizás a mis hijos, por no haber estado más tiempo con ellos cuando estaban pequeños.
Si no fuera músico, ¿a qué se hubiera dedicado?
Definitivamente hubiera sido artista.
¿El instrumento que quisiera aprender a tocar?
Todavía es tiempo, pero me hubiera gustado aprender a tocar piano desde niño, para haber sido un poquito más suelto.
Su mayor pecado.
Son muchos, la verdad. ¿Querés que entremos en ese tema? (risas).
¿Qué lo entristece?
Las injusticias, me entristece mucho ver las diferencias que todavía existen en los países modernos.
Una embarrada
En Puerto Rico en el año 96 se hizo un festival de rock multitudinario, fue la primera vez que nos presentamos con La Ley, estaba lloviendo y la gente estaba embarrada completamente. Después que terminaron de tocar los grupos locales todo estaba lleno de barro, limpiaron el escenario y ahí venían los grupos internaciones y empezó Fito Páez y los organizadores dijeron que no podían tirar nada de barro, porque si lo hacían se acababa el show. Entonces la gente estaba toda contenida y cuando salimos nosotros y vi que toda la gente estaba así como contenida tipo Woodstock, de tirar barro y yo les dije: tiren barro, y estábamos tocando una canción súper roquera y el barro que venía y todo manchado... la verdad que fue una embarrada muy buena (risas). ¿Tú te referías a una embarrada de metida de pata verdad? (risas). Metidas de pata así clásicas: por ejemplo, una chica así con la pancita y yo: oye qué lindo y cuántos meses tienes. Y no estaba embarazada. (Risas).
¿Si no fuera músico a qué se hubiera dedicado?
Definitivamente hubiera sido artista. Creo que me hubiese dedicado a lo mismo que me dedico hoy en día, a parte de la música, a actuar, a escribir, a dirigir. También dirijo mis cortos, tengo intenciones de hacer un largo en algún momento cercano. A pintar a dibujar, básicamente a diseñar mi propia realidad. Creo que hubiese estado definitivamente ligado a las artes no detrás de un escritorio calculándolo.
¿El instrumento que le gustaría a prender a tocar?
A aprender a tocar piano desde niño para haber sido un poquito más suelto, porque yo puedo tocar piano así pero no tan suelto como toco la guitarra. Pero todavía es tiempo. Phill Collins aprendió a tocar piano a los 40 años.
La canción que lo enrumba
No soy tan rumbero, soy más de ir a comer, una buena conversación, me encanta Sinatra, Tonny Benet. Pero el otro día me invitaron a la fiesta de 40 principales y había música colombiana y baile de todo.
Su mayor pecado.
Son muchos la verdad.
¿Qué lo entristece?
Las injusticias. Me entristece ver las diferencias que todavía hay en el mundo y en los países modernos. Por ejemplo, cómo es posible que en un país como Estados Unidos, donde yo vivo, se muera la gente porque no tiene dinero para hacerse un tratamiento de cáncer. Conocí a una mujer que directamente se murió, el Estado no la apoyó y se podía haber salvado. Niños en la calle que no tienen la posibilidad de estudiar o un sistema que los ampare, que los obligue a estudiar para que estén preparados. Eso me parece que son inconcebibles, no creo que en el mundo tendría que haber una restricción para la salud y la educación, porque esas son las cosas básicas que necesita cualquier ser humano para salir a delante y surgir según su propio esfuerzo.
Nota de:
http://www.elespectador.com/impreso/unchatcon/articuloimpreso138574-nunca-pense-ser-musico